La dificultad con las habilidades sociales y emocionales es una de las características del autismo o del trastorno del espectro autista (TEA). Las investigaciones sugieren que esto puede deberse a que ciertas áreas del cerebro relacionadas con el funcionamiento socio-emocional están menos desarrolladas en los niños con TEA. Aunque todos los individuos con TEA enfrentan desafíos para navegar en el mundo de las emociones y la interacción social, la intervención de calidad (cuanto antes mejor) puede ayudar a los niños con TEA a mejorar sus habilidades socio-emocionales.
¿Cuáles son los desafíos socio-emocionales comunes relacionados con los trastornos del espectro autista – TEA?
Es común que los niños con TEA tengan dificultades:
Entendiendo y expresando emociones
Los niños con TEA a menudo tienen dificultades para leer, interpretar y responder apropiadamente a las emociones de los demás. También puede ser difícil para ellos imitar las emociones y sentir empatía. Es importante que los demás entiendan que un niño con TEA no está siendo grosero o indiferente intencionadamente; simplemente no tienen las habilidades para entender, por ejemplo, cómo devolver una sonrisa o mostrar preocupación si alguien está molesto.
Poniendo atención a expresiones faciales
Los niños con TEA pueden escanear la cara de una persona de manera diferente a la de sus compañeros con desarrollo típico. Normalmente, alguien se enfoca primero en los ojos de la persona y luego pasa al resto de la cara. Un niño con TEA, por el contrario, puede enfocarse únicamente en la boca de la otra persona, la cual ofrece menos información emocional que sus ojos.
Participando en la atención conjunta
La atención conjunta, o dos personas enfocadas activamente en la misma cosa mientras se enfocan la una en la otra, puede ser un reto para los niños con TEA. De hecho, señalar es uno de los primeros signos de que los niños pequeños inician la atención conjunta, por lo que la falta de señalar a la edad de 1 año puede ser una señar de alerta.
Otras habilidades sociales
Otras áreas en las que los niños con TEA tienden a tener desafíos son:
- Entendiendo la perspectiva o la intención de otros
- Relacionarse cómodamente con nuevas personas
- Participando en actividades de toma de turnos (incluida la conversación)
- Diferenciando sus propios sentimientos con los de otros
- En el uso de referencias sociales (mirando a los padres o cuidadores para ver cómo responder cuando se enfrentan a eventos desconocidos o inesperados)
Habilidades emocionales
Los niños con TEA pueden resistirse a los cambios en la rutina o en el ambiente, tener un comportamiento repetitivo (como dar vueltas o agitar las manos), mostrar una emoción negativa no deseada, luchar por autorregularse, tener apegos inusuales a ciertos objetos y experimentar ansiedad o retraimiento social.
¿Cuáles son las intervenciones comunes para los desafíos socio-emocionales relacionados con el TEA?
Debido a que el TEA es común (1 de cada 59 niños en EE.UU., según el último informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), se han desarrollado docenas de intervenciones para abordar los desafíos socio-emocionales. Estas intervenciones pueden ser dirigidas por varios profesionales pediátricos, incluyendo patólogos del habla y el lenguaje, terapeutas ocupacionales, psicólogos, trabajadores sociales clínicos y otros. La Asociación Americana del Habla, el Lenguaje y la Audición proporciona una lista completa, con resúmenes, de las opciones de tratamiento.
Consejos para padres y cuidadores
Todos los niños se benefician del apoyo socio-emocional, pero los que tienen TEA necesitan atención extra y práctica.
- Haz participar a tu niño varias veces al día. Debido a que los niños con TEA pueden no iniciar la interacción, es importante que tú la inicies. Para fomentar la referencia social, juega a esconderte, crea un túnel para que tu niño gatee y mira por un extremo para animarle a que gatee hacia ti, además prueba con juegos de ida y vuelta como rodar una pelota.
- Asegúrate de tener la atención de tu niño antes de dirigirte a él. Métete en su línea de visión y usa una frase como: «Escucha, por favor».
- Fomenta la atención conjunta mediante juegos de toma de turnos o actividades que impliquen la sincronización de movimientos: Bailar, saltar, correr coches uno al lado del otro, etc.
- Señala, etiqueta y habla de las emociones, las tuyas, las de los demás y las suyas propias.
- Utiliza tarjetas de emoción, que muestren una expresión facial, y pídele a tu niño que te diga qué representa la imagen (puedes hacerlas tú mismo utilizando dibujos, revistas o fotografías).
- Para niños de 2 años y medio o más, usa juegos de simulación para que tu pequeño se acostumbre a jugar con otra persona.
- Para maximizar el juego con tu niño (incluyendo la realización de actividades de BabySparks), basa el juego en los intereses de tu niño, haz que el tiempo de juego sea corto y utiliza muchos refuerzos positivos.